Nunca se ha ido tu primavera,
la tienes camuflada debajo de tu otoño.
Nunca renunciaste a tu quimera,
por ella peleaste, ahora somos retoño.
Se alza insurrecta tu primavera,
tu alma se resiste bregando como un niño;
eres todavía en esta era,
rebelde, desafiante, de cara a tu destino.
Cruentos y gloriosos enfrentamientos
aclaran tu trayecto valiente e imbatible,
siempre evocados esos momentos.
Rendirse o quebrarse ha sido imposible.
(Carlos Rafael)
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