A ti ¡Oh! |
martes, 28 de noviembre de 2023
domingo, 12 de noviembre de 2023
NUESTRA FORTALEZA
detrás de las remotas grises montañas,
las aves apresuradas cual urañas
se esconden en el bosque silencioso.
La tarde va declinando, va muriendo.
Es tiempo del recuento que arremete,
es tiempo del crepúsculo resistiendo.
Arranco aquel negro vil grillete.
Me marcho a la montaña majestuosa,
será mi fortaleza inexpugnable
mi última gran trinchera luminosa.
Ahí continuaré de pie, irreductible.
¿Quebrarme? Fue imposible, y lo saben.
Mis cumpas se probaron y arriesgaron,
pasaron de la teoría. Los conocen,
y siguen todavía ¡No transigieron!
Algunos, nos traicionaron ¡Miserables!
De ésos, no faltaron en la contienda.
Lograron su condena de despreciables,
nosotros, nos volvimos una leyenda.
(Carlos Rafael)
sábado, 11 de noviembre de 2023
UNA ABUELA EN LA RESISTENCIA
La dictadura militar había cancelado
las libertades democráticas, politicas y sindicales El Congreso Minero se
realizó bajo estas condiciones, y casi en la semiclandestinidad, donde
asistieron los delegados titulares, suplentes, invitados y adscritos. La
Federación de Estudiantes de Secundaria de La Paz (FES) fue proscrito al igual que otras organizaciones populares. El movimiento estudiantil de secundaria pasó a la resistencia constituyendo el Comité Intercolegial de Estudiantes de Secundaria (CIES-B) desde la clandestinidad. David
Aguilera, hasta entonces primer ejecutivo de la Confederación de Estudiantes de
Secundaria de Bolivia (CESB) y a la vez alto dirigente de la Juventud Comunista
de Bolivia como destacamento juvenil del Partido Comunista de Bolivia, fue el principal cuadro que logró organizar y rearticular exitosamente el movimiento estudiantil de
secundaria en la línea del enfrentamiento contra la dictadura militar, a partir
de sus propias reivindicaciones de caracter gremial, levantando las banderas de la plena vigencia de la FES, y reconocimiento del Servicio Pre-militar. El movimiento estudiantil de secundaria fue parte consecuente de la lucha por la vigencia de la democracia
junto a los trabajadores del país, demandando el retiro de las tropas militares
de los centros mineros, la libertad de los presos políticos y sindicales, el retorno de los dirigentes exiliados y
confinados, la plena vigencia de las organizaciones sindicales de los trabajadores
y campesinos, la vigencia de la autonomía universitaria y etcétera.
Por el movimiento de los estudiantes de Secundaria de La Paz, asistieron al XVI Congreso de la Federación Sindical de los Trabajadores de Bolivia, como delegados invitados Adrián Ramírez (del Colegio Fabril 18 de Mayo) y mi persona (del Colegio Nal. San Simón de Ayacucho). Entonces, ingenuamente pensé que el Congreso Minero duraría un día, razón por la que no dije nada a mis padres y hermanos sobre mi viaje repentino al Centro Minero de Corocoro. Ellos se preocuparon por mi ausencia prolongada, ignoraban dónde estaba, desconocían mi paradero. Por mas de un día sin tener ninguna noticia, se alarmaron y se propusieron "deschapar" mi dormitorio porque pensaron que algo malo me había sucedido en su interior. Al no encontrarme, estuvieron a punto de denunciar a la Policía sobre mi desaparición misteriosa. En verdad, el Congreso duró casi seis días, y al volver a mi casa luego de una semana, se alegraron, a tiempo de que me reprocharon por haber desaparecido sin comunicarles de mi viaje. Mi hermano menor que sospechaba de mis actividades políticas, me dijo que había impedido que mi padre acuda a la Policía, pensando que podía ser peor, porque sabía que el gobierno militar perseguía y detenía a los dirigentes políticos de la resistencia.
Las conclusiones del XVI Congreso de la F.S.T.M.B.
los congresales y el movimiento obrero y popular asumieron militantemente con
gran fervor clasista y revolucionario. En junio de ese mismo año, empezaría una
huelga general de los trabajadores mineros en contra de la dictadura militar,
que efectivamente se hizo real. Nosotros, a la cabeza del movimiento
estudiantil de secundaria de la ciudad de La Paz, como parte de la alianza
obrero campesino estudiantil, apoyando a la huelga del proletariado minero, salimos
a las calles, protagonizando marchas y manifestaciones que se tornaron
violentos. Sucedió que con los
estudiantes del Colegio Ayacucho nos dirigimos a los Colegios German Buch,
Gualberto Villarroel, Antonio Diaz Villamil y finalmente al Colegio 18 de mayo
de la Av. Quintanilla Suazo, donde lancé un discurso antigubernamental que agitó
a los estudiantes; y acto seguido, al salir del establecimiento, fuimos interceptados
por efectivos policiales y civiles armados. Fue ahí donde estalló un
enfrentamiento violento donde un vehículo 110 fue inutilizado por los estudiantes, siendo detenidos algunos en el lugar. Ví a un estudiante de Colegio
18 de mayo, de nombre Genaro Cuellar (+) que tuvo el valor de hacer frente a
los efectivos policiales en medio de la avenida, impidiendo que un vehículo de
110 se desplace en persecución de los demás dirigentes. Entre tanto, aprovechamos
para evitar nuestra detención, porque ya habíamos sido identificados como
lideres de la protesta. Detrás de mí, tres agentes civiles me
perseguían en loca carrera con el propósito de capturarme. Entonces eludiendo a los represores, aparecí en la avenida
Apumalla, decidí proseguir en loca carrera hacia arriba después de una esquina, y así cansar a los agentes civiles, quienes me gritaban repetidamente: ¡Alto rojo de mierda
o disparamos! Fue entonces que en una esquina vi una habitación con cortina
blanca que daba a la avenida, sin pensar dos veces ingresé repentinamente a su interior. En su interior se encontraba una anciana, quién se asustó
por el ingreso de un extraño. Angustiado, le dije: “soy dirigente estudiantil, los agentes
del gobierno me quieren detener…” Ella, sin pensar dos veces, maternalmente me escondió
debajo de un viejo catre de manera. Esperé que en cualquier momento ingresarían los agentes. La
abuela decía que me calme, que no sucedería nada malo. En momentos pensé que me delataría,
porque salió hacia la avenida, se demoró y volvió para decirme muy contenta: ¡Se
fueron! Mi invito un vaso de agua, y me comentó que pronto caería Banzer y que la juventud debe continuar peleando. Luego de unos quince minutos abandoné el
lugar, no sin antes de agradecerla y despedirme como camaradas de lucha. A continuación, me dirigí hacia el Colegio Franz Tamayo de la zona de Villa Victoria para continuar con la movilización estudiantil en apoyo a la huelga minera.
Recuerdo que los enfrentamientos de los estudiantes y la policía se habían extendido hacia las zonas populares de la ciudad de La Paz (Garita de Lima, Buenos Aires, Cementerio General, y las calles céntricas) Principalmente, arreciaron los choques violentos de los estudiantes contra la Policia en
el famoso puente de la zona de Villa Victoria, hasta mas o menos cuatro de la tarde.
Jamás olvido a la abuela antifascista
que aquella mañana, impidió mi detención por parte de los agentes del
Ministerio de Gobierno del régimen de facto del Gral. Hugo Banzer. Como decía ella, al final, Banzer había caído el año 1978.
Constantino Escobar
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viernes, 10 de noviembre de 2023
ODA A LA REVOLUCIÓN