miércoles, 24 de marzo de 2021

SILVIA LAZARTE

Cuando alguien de la familia o un amigo se muere, suele decirse todo lo mejor de él. Ese ritual social y hasta religioso post mortum, se hizo costumbre entre nosotros, sin duda alguna que, también aquellas condolencias como resultado de la consternación que nos embarga por la muerte de un buen ser humano, a diferencia de los hipócritas que nunca faltan.

Pero, hay momentos de gran trascendencia histórica que quedan testimoniados para siempre, por su contenido y profundo significado, como aquellos que corresponden a la  coyuntura política de la reorganización del viejo Estado boliviano, más allá de un frío registro cronológico de los hechos históricos.  

Recuerdo, que Silvia Lazarte, entonces Presidente de la Asamblea Constituyente, en circunstancias de una reunión de "coordinación" con los asesores del Núcleo Estratégico (José Luis Gutiérrez Surdan, Gonzalo Trigoso, Cecilia Rocabado y Constantino Escobar), para la elaboración de la nueva Constitución Política del Estado, en presencia de Álvaro García Linera, en el hall del  Palacio de Gobierno en Sucre, le enrostró a éste para decirle: "... ¡Yo sé que usted está conspirando contra el hermano Evo, no le voy a permitir, antes va pasar sobre mí cadáver! ..."

Los que presenciamos el incidente, quedamos perplejos por la audacia de una mujer quechua de pollera o mujer del pueblo que, no se arredró por nada ante el Vicepresidente Constitucional de la aún República de Bolivia, Álvaro García Linera, nada menos ante el  gran "kananchiri", el ideólogo y teórico del "Estado Plurinacional", del "proceso de cambio", del "Estado Aparente", de "Las tensiones creativas...", del maestro de "La Estrategia Envolvente", y tucuymas.

Álvaro García Linera, el ex guerrillero del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) locuaz dirigente y autodenominado "último jacobino", no podía disimular su sorpresa. Entonces, enmudeció sepulcralmente sin realizar esfuerzo alguno para replicar a la Pdte. de la Asamblea Constituyente. Su investidura de segundo hombre después de Evo Morales, había sido pulverizado en fracción de segundos por Silvia Lazarte, en demostración de su lealtad inquebrantable con su Jefazo o  hermano Evo Morales, como solía decir siempre.

El que había leído los 3.000 libros, despertaba serias sospechas por parte de Silvia Lazarte (una mujer de armas de llevar), que probablemente tenía información que solamente le concernía a ella, o tal vez sus propias razones para no confiar en Álvaro García Linera. Temía que éste algo tramaba, nada menos en un momento crucial de la lucha política, debido a las acciones de hecho que venía asumiendo los del movimiento cívico del oriente boliviano en contra del gobierno de Evo Morales.