En los ultimos estertores de mi vida,
siento haber transitado caminos dificiles,
sorteando tormentas y tempestades
que parecían insuperables, insalvables…
Lo peor, enfrenté y eludí las infamias
y vitupereos de mis gratuitos detractores,
sobreviviendo arteras traiciones de“amigos”,
la hipocresia y la perfidia de falsos amores;
Me siento cansado, y no por eso renunciaré
a mis principios , mis utopias y quimeras,
é incluso, a la “toma del cielo por asalto”.
Aunque, confieso que lo hemos intentado.
Algunos de los nuestros caeron en el intento,
otros sobrevivieron, aun asi, no se
rindieron.
Son los mas probados en la contienda clasista,
¡no importa si somos ninguneados!
No importa si los amanuenses del capital
y el poder oculto, desde sus cenáculos
proscribieran la lucha de clases
por la lucha de géneros, la lucha
de razas…
Los que aun sonreimos, soñamos, amamos
la humanidad, la naturaleza y la justicia,
jamás arriaremos la bandera de la rebelión.
Esa, es mi decision irrevocable y de los míos.
Junto a los pocos que quedamos declaramos:
No levantaremos las manos
No nos quebraremos
No nos rajaremos
No capitularemos
No nos rendiremos
No retrocederemos
Siempre nos encontrarán junto al cañon
con las botas bien puestas
sin doblar las corvas
y el fusil en ristre…
Estaré cansado, pero mi espiritu rebelde
aún brama; entre tanto “me siento bajo el molle
cara al viento solitario“, como diría el poeta
Arsenio Maita. Esperando lo peor o tal vez lo mejor.