Y mi corazón
desgarrado
hasta agrietarse
toca las pupilas
de mis ojos
buscando bañar
mi cuerpo en llanto
Pero mi alma
templada
en acero
rojo comunista
la detiene
y se yergue encabritada
cabalgando
por los voluptuosos
Andes combatientes.
Desafiando
las tormentas
de las estrechas
costas del Pacífico
y deslizándose
suave, tierna
cual espada toledana
por los caudalosos
ríos de la selva.
Es mi tierra,
es mi pueblo,
es la nación
que se está forjando
en ardorosa Guerra Popular
Y entonces, mi pasión
así alimentada
transforma el dolor en fuerza
y lo eleva al canto
y canto:
Ya no será contigo
ni mañana
Pero pronto, muy pronto
¡Todo el poder para el Partido y el pueblo!
(Elena Iparraguirre)
No hay comentarios:
Publicar un comentario