miércoles, 14 de diciembre de 2022

LOS CAÍDOS QUE JAMÁS SABRÁN

Hace tiempo sabíamos por los errores y desaciertos que cometían, que pronto caerían de sus pedestales de barro. Estaban convencidos que habían alcanzado el cielo eterno. Sin embargo, se equivocaron, y lo peor, hasta ahora ignoran que ya pasaron a la historia, sin plena y gloria (como se dice). Són cadáveres malolientes e insepultos que deambulan tristemente extraviados sin rumbo. Nadie quisiera ni enterrarlos, por temor al contagio de tanta imbecilidad. Tanta soberbia, arrogancia y petulancia que hastiaron hastata al más humilde parroquiano de la zona mas popular. Dicen : "no es necesario enterrarlos."

Tanta fanfarria vivida hasta la saciedad por estos impostores ultrarevolucionarios pero también a la vez ultraconservadores que hasta sus "incondicionales" dudan de ellos y sus compinches. Desde aquel aciago día (para ellos), se demostró que no sabían pensar sino, en ellos con innegable menosprecio al soberano. Lo peor cuando alguna vez debían funcionar sus neuronas, tramaron un plan maestro para eludir (vanamente) de la inevitabilidad de su hundimiento y triste final, urdieron a marcha forzada, planes desesperados y hasta irrisorios para recurrir a su más alto Tribunal para que les den la razón autoritaria de que tenían su derecho humano de continuar siendo como eran (o tal vez peor) disfrutando del poder y que el malvado pueblo les había restringido cobardementeen un referéndum.

Ya no estaban en sus cabales éstos cuates, ya hace tiempo que ya no avistaban a la tierra por estar enfermos con el "síndrome del poder". Pero la genialidad de sus pensamientos, alguna vez había conmovido a la mayoría frente a unos cuantos genios que tenían la mágica solucion a todos los males que les atormentaba. Alabados fueron por sus huestes que al unísono se auto satisfacían por la brillantez de los intelectualillos tercermundistas descolonizadores conectados por su cordón umbilical con la Escuela de Frankfurt. Alabados fueron por sus huestes, respetados y adminirados por la genialidad  de la solucion: "guerra civil".

Hasta sus epígonos colisionaron por la diversidad de sus ideas, en el "agujero negro" de la autodestrucción (no fue necesaria esfuerzo alguno de los que están en la otra colina). Se autodestruyeron para dar nacimiento a otro o varios horizontes, tal vez mas rojos que los rojos o los azules, o mas pardos o negros. 

No podían aceptar ni la misma realidad, porque cada uno de ellos eran diferentes realidades desde su mundo subjetivo; la realidad eran ellos, los heterógenos y heterodoxos. ¡Nadie más! Estaban encadenados por motu propio con la vieja Europa. Sin embargo, eran anti occidentales hasta los tuétanos, y tenían la osadía de pasarse por el "arco del triunfo" a la verdad (posverdad) y a la ciencia (que habia sido estuprada por los militanes de la pluriversidad.

¿Qué hacer?

Sinceramente, ya nada tienen que hacer o tal vez berrinchear, aunque sea por puro joder (aunque por cierto, pueden hacer mucho daño todavía). Hace rato se auto infirieron profundas mutilaciones, se autocercenaron de la capacidad de hacer la revolución. Claro, más importante era defender a todo trance, con guerra civil y todo, sus fantasias, mitos, leyendas y supercherías y etc. Lo mas extraño y curioso es que no solo no tenían sangre en la cara. Tambien no tenían alma (la vendieron o se vendieron al demonio).


No hay comentarios:

Publicar un comentario