lunes, 19 de diciembre de 2022

PERSECUCIÓN


Los que odian desde
las sombras de la opresión,
la decadencia y degeneración
del viejo orden,
se conjuraron para aniquilarlo.
Enemigos consumados
del amor y la libertad,
desataron la persecución
más despiadada por doquier.
Cuantas veces acorralado vivió
a salto de mata,  a escondidas...
La luna,
las estrellas,
las musas,
los picaflores,
los ruiseñores
y los amantes
azorados por tanta maldad
se conmovieron.
Aquellos canallas  que se entrenían
mutilando a las flores,
ésos de miradas vidriosas
que  jamás sonrieron,
ésos que temen a la luz de la libertad,
ésos que sienten terror al grito del pueblo,
rodearon al proscrito poeta,
refugiado en el sótano
de su cuartel de invierno
y de poemas prohibidos.
Él, ante sus captores,
no se amedrentó,
dibujó en su rostro,
la sonrisa de un niño inocente y alegre.
Furiosos y soeces con espuma
en sus malolientes bocas,
lo ultimaron cobardemente
descerrajando hasta el último plomo...
Pero, ¡no ha muerto!
Sus asesinos,
despavoridos  huyeron,
porque el poema es inmortal,
vive y ama,
incluso desde la clandestinidad.
Es fundamento sublime,
simiente inextinguible del amor,
de la libertad, de  la vida
y de la especie humana...
 
(Carlos Rafael)

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