martes, 18 de julio de 2023

LA RESISTENCIA MINERA AL GOLPE DE LUIS GARCIA MEZA

El General Luis García Meza conocido en la historia como el "narcodictador" por los fuertes vínculos de su gobierno con el narcotráfico, fue presidente de facto de Bolivia a partir de un sangriento golpe de Estado el 17 de julio de 1980 que intentó acallar a los que se opusieran, por esta razón, muchos dirigentes sindicales fueron asesinados, encarcelados y exiliados, principalmente mineros cuyo sector fuel el más combativo.


El sindicalismo minero en los años 1970 y 1980 era fuerte y ningún gobierno podía permitirse ignorar la opinión política de los mineros, más aún cuando sus sindicatos tenían fama de ser los más democráticos y políticamente los más avanzados de América Latina.

El ejército atacó masivamente los distritos mineros y los sindicatos se declararon en la clandestinidad y en estado de emergencia, desarrollaron asambleas en interior mina, se armaron con dinamitas y anfo taqueados en latas de leche para su defensa, fueron días de tensión, angustia; rabia, impotencia, derrota, amargura y/o bronca ante la asonada golpista.

Decretaron huelga general indefinida y bloqueo de los caminos de acceso a los distritos para evitar el ingreso del ejército. A pesar de ello les masacraron y torturaron a los compañeros que se encontraban en los piquetes de vigilancia, los heridos, muertos y apresados fueron llevados a la ciudad de La Paz. Los militares rastrillaban los campamentos mineros en busca de los “mineros rojos y extremistas y sus dirigentes” (Informe del Sindicato Minero de Viloco, Agosto 1982), allanaron las viviendas, sustrayendo las pertenencias de los trabajadores mineros.

Los distritos mineros de Caracoles, Siglo XX, Viloco, Soteca, Atoroma, Huanuni, Cañadón Antequera, Santa Fe, Colquiri, Colquechaca, Morococala, Japo, Machacamarca, San José y otros sufrieron los ataques de los militares. Los dirigentes utilizaron “chasquis” para mantener contacto entre ellos, pues “…la decisión de los trabajadores [se mantenía] firme e inalterable [para] continuar la lucha…y [que] nuestras organizaciones [sindicales fueran] respetadas” (Informe del SMTMH, Agosto 1982)

Uno a uno caían los centros mineros que sucumbieron bombardeados por cielo y tierra. La solidaridad entre los distritos mineros y entre los actores sociales fue importante y trascendental así como la alianza minero-campesino que fue fundamental para la resistencia, para eludir las masacres y esconderse en las comunidades campesinas, los últimos distritos que resistieron fueron Caracoles y Viloco que ofrendando la vida de muchos compañeros, amas de casa y niños, demandaron la libertad de los detenidos, la vigencia sindical y la reapertura de las radioemisoras mineras.

En la sede de gobierno se detuvieron a dirigentes políticos, sindicales y religiosos, quienes fueron llevados al Cuartel General de Miraflores, se produjeron avasallamientos a palos y balazos, el proletariado de las ciudades fue sometido, los estudiantes reprimidos y los campesinos cooptados por el pacto militar-campesino.

Sucedieron arremetidas contra la Central Obrera Boliviana (C.O.B.) y la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (F.S.T.M.B.). Masacraron, encarcelaron y exiliaron a sus principales dirigentes y el movimiento sindical fue víctima, una vez más, de la persecución de las dictaduras.

Hubo centenares de heridos y fallecidos de esta dictadura militar. Este golpe brutal y sangriento cobro muchas vidas de dirigentes jóvenes y valientes como el líder socialista MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ, el dirigente minero de Catavi GUALBERTO VEGA YAPURA que en ese entonces ocupaba el cargo de Secretario de Cultura de la F.S.T.M.B. y otros dirigentes que por defender los intereses de la clase obrera boliviana ofrendaron sus vidas para recuperar la democracia en Bolivia.

Víctor López (Secretario General, F.S.T.M.B.) y Oscar Salas (Secretario de Hacienda, F.S.T.M.B.) en su Informe ante el  XIX Congreso Nacional Minero de la F.S.T.M.B. (realizado en Huanuni, del 21 al 24 de agosto 1982) mencionaban que el patrimonio de la FSTMB sufrió la depredación, el saqueo y arbitrariedad de los enemigos de la clase obrera que “…suponían vanamente que arrasando definitivamente el símbolo terminaban con la Federación”

Los valiosos murales de Miguel Alandia Pantoja que se encontraban en el salón de reuniones de su sede se lograron salvar gracias al apoyo de Naciones Unidas. Así como “…las instalaciones de oficina, máquinas y muebles de la sede incluyendo el valioso archivo que guardaba una buena parte de la historia de la F.S.T.M.B. han sido saqueadas por los depredadores y no se tiene noticia de su destino, aunque estamos seguros que fue repartido como botín de guerra” (Informe de la Secretaria de Hacienda de la F.S.T.M.B. ante el  XIX Congreso Nacional Minero (Huanuni, 21-24 de agosto 1982))

Posteriormente, los Comités Ejecutivos Nacionales de la F.S.T.M.B. tendrían la misión de recuperar los bienes sustraídos, la necesidad y urgencia de la construcción de un nuevo edificio para la Federación.

Las radios mineras tuvieron un papel importante antes durante y después de las dictaduras militares. Fueron fundamentales para la comunicación en los centros mineros, como la única fuente de información confiable. Mientras los militares atacaban periódicos, y estaciones de radio y televisión en las ciudades, la única información disponible llegaba a través de las radios mineras, por ello, cada día las tropas se acercaban más a los distritos mineros, destruyendo sus radioemisoras y quebrando poco a poco la resistencia de los trabajadores que las defendían inclusive con sus propias vidas.

La Radio Llallagua dio la noticia primicial de la asonada golpista originada en Trinidad a medio día. Y, aunque casi nadie creía, al día siguiente el Sindicato Minero de Siglo XX convocó a una asamblea general de emergencia donde se reunieron más de 5.000 trabajadores (entre locatarios, veneristas, lameros y población civil), se lanzaron discursos y rechazos al golpe y se conformó el Comité de lucha y resistencia que inmediatamente declaró huelga general indefinida y bloqueo de caminos con piquetes de resguardo y vigilancia.

Se instauró la gran Cadena Minera Radial (conformada por veinte emisoras de los distritos mineros de Potosí y Oruro) que continuaron su transmisión bajo una presión muy grande. Esta Cadena estuvo a la cabeza de Radio La Voz del Minero, Radio Animas y Radio Pio XII. A pesar de la resistencia de los trabajadores mineros poco a poco se reducían a algunas valientes emisoras que resistieron junto al proletariado. Una de las últimas emisoras mineras en caer bajo el control militar fue Radio Animas. Hasta el último minuto la radio transmitió encadena con Radio Pío XII y Radio Nacional de Huanuni. Ésta es la transcripción de su dramática transmisión final en directo:

Las tropas estarían aproximadamente a cinco kilómetros de Siete Suyos y muy cerca de Santa Ana... por tanto nos aprestamos a defendernos... La cifra de detenidos alcanza a 31, que han sido trasladados a la ciudad de Tupiza de acuerdo a los informes que han llegado a nuestra redacción... Ésta es Radio Animas para todo el sur del país... Estamos en esta hora crucial, estamos en constante movilización, las señoras amas de casa también han coadyuvado grandemente en la preparación de la defensa... Estaremos hasta las últimas consecuencias compañeros, porque ésa es nuestra misión, defendernos...

Minutos más tarde se escucharon disparos. Lo último que el locutor logró transmitir fue un mensaje a las otras emisoras para que tomaran la señal y continuaran con las transmisiones en directo de la cadena minera. Poco a poco las radioemisoras fueron acalladas hasta que el ejército acalló la última, destruyendo los equipos y matando a quienes defendían su derecho a la comunicación.

Para agotar a los dirigentes mineros los militares cortaron el agua en los distritos mineros, cerraron los mercados, las tiendas y suspendieron el abastecimiento alimenticio, sin embargo, las mujeres mineras se mantuvieron fuertes apoyando a sus esposos. Amenazaban con entrar en huelga de hambre junto a sus hijos para radicalizar las medidas de presión ante el gobierno, las Amas de Casa Mineras hacían el trabajo de preparar los alimentos en “ollas comunes” para sus esposos, hijos y trabajadores mineros, constituyéndose en el sostén fundamental y la energía de los dirigentes mineros.

Las mujeres mineras muchas veces dieron sus voces de aliento para seguir a la resistencia. Ellas decían “es preferible ser viuda de un mártir que mujer de un cobarde” (Presidenta del Comité de Amas de Casa de Siglo XX).

CONCLUSIONES.
El golpe militar del 17 de julio de 1980, significo una de los acontecimientos más negros de la historia de Bolivia porque demuestra la posición antinacional de los militares y la aplicación de métodos sanguinarios para hacer prevalecer intereses privados que ansiaban apropiarse de los recursos naturales del país.

El golpe de Luis García Meza reanima la dimensión épica de la “Resistencia Minera” donde la F.S.T.M.B. cumplió el papel de dirección y de guía de la resistencia popular a nivel nacional que concluye con su renuncia el 4 de agosto de 1981.

La “Resistencia Minera” deja el ejemplo de valentía expresado en la ofrenda de la vida por la defensa de los intereses nacionales y por la defensa de los ideales de la clase obrera como sucedió con los mineros caídos ante la bala militar asesina.

La defensa de la heredad nacional solo fue posible gracias a la organización de los mineros que junto a los campesinos, mujeres mineras y de las ciudades, estudiantes, maestros, artesanos, radialistas y otros valerosos luchadores, escribieron una página con alta dimensión histórica derrotando al dictador García Meza.

Fuente: SIDIS  de la FSTMB


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario