sin decir adiós, ni hasta pronto
no miramos atrás
ni después nos buscamos
tampoco nos llamamos.
Todas las tardes de lluvia
y de cielo gris o negro
no te recuerdo,
tampoco los otros días.
No te siento remota ni cerca
ni estás dentro de mí
mis sueños te han proscrito
las endechas no hablan de tí.
Qué extraño fue amarte
fue como fundir
la escarcha que cubría
tu rostro hoy en rictus.
Renuncié al invierno
me rebelé
y me aferre a la dulce voz
de la primavera.
Hoy milito en la vida
respiro el aroma a rosa
y beso au piel de seda
vivo en sus sueños.
Carlos Rafael
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