viernes, 22 de diciembre de 2023

CONFESIÓN OLÓGRAFA

Tavo tiene la desvergüenza de no escribir poesía porque se dedica a cosas serias como la filosofía y el humorismo, por ejemplo, siendo, en el fondo, un conspicuo poeta.

José Roberto esconde sus versos con el pudor de una colegiala que no exhibe al mundo lo mejor que la naturaleza le ha dado.

Carlos cree que puede ocultar la literatura, tras esa cortina transparente de la crónica del tiempo. No se acuerda que Eddy -el sonoro poeta- corre, para siempre, por sus venas.

Juan deja a Ricardo Blaquier en la soledad de la palabra perfecta, por el terror que tiene a que a alguien se le ocurra la perniciosa idea de invitarlo a integrar la Academia de la Lengua.

Aida riega, a escondidas, la poesía poderosa de su sangre irredenta, disimulándola en un jardín –insospechable- de infantes peregrinos.

César T´acu , cree que nadie sospecha su membresía clandestina de aquelarres que humanizan el adusto rostro de galeno.

Casicho insiste en guardar, en su herbario secreto, la vertiente de metáforas candentes y silvas frescas como la grama.

Ruth ha escondido su voz tras una sonrisa sospechosa de complicidad con las musas del averno que enloquecen a los seres humanos.

Rana se niega a echarse en el diván del psicoanalista por miedo a revelar su inconsciente mazorca de maduros granos de poesía y aventura.

Jaime se pone el traje de augusto historiador, para que nadie se dé cuenta de sus travesuras poéticas que algún día compartió con Brus, nuestro hermano profundo.

Aiko acude a un alibi para confundir incautos y no revelar que en la cara oculta de su solemnidad académica retoza una lozana poseía (sic).

El guerrero gavilán tiene una amante encubierta cantando endechas para adentro, como si nada pasara a su fusil en el camino con Carlitos y Chapaco.

Ruly sostiene,con la firmeza del niño de Niquinohomo, que no es cómplice,fautor, receptador,encubriendo versos que habitan la sangre de los constructores de lo imposible.

Ramón acude al escándalo de la ironía y, como Cortázar, tiene razones para la cólera contra su culpa poética, prefiriendo la fama de novelista para su ojo de vidrio (cristal de roca iridiscente).

Todos, en fin, tienen pecados capitales, inconfesables ardores en el alma, ocultos bajo su piel, para no espantar a los creyentes que aprueban sólo el curriculum vitae exento de la locura insigne que condenó a Eluard, Nazim, Neruda, etcétera incalculable, escalofriante, por descubrir que la belleza es compatible con la herida inútil de la vida.

¿Cómo no he de practicar ese arte maligno, esa manía de caminar por la otra vereda del tiempo y arrancar una sonrisa a las rocas calcinadas o una lágrima al desierto de cal y de ceniza, para regar magnolias indecentes que perfuman el amor en el reverso de la muerte?

Locura iniciación de lo imposible y del asombro permanente, ars magna, útero y semen de lo cierto esencial y de la duda suprema, salve et qoagula, del mercurio utopía augural del universo, azufre atracando en el tajo de luz abierto en medio de la tierra. Iluminada tabla de la esmeraldavital, secreto inmanente de la felicidad perpetua de todos, Manifiesto insurrecto – fantasma que recorre el mundo-. Ser no siendo, extirpar para sembrar, dialéctica de thánatos del brazo cálido de eros, igualando los arcanos para que cada uno construya su paraíso en aini o mitmag,hermanando la sangre y la alegría, pan que a nadie niegue la miel, la leche, la sal sin propietarios ni candados.

Aedas, harawikus, cantando profesías supremas en lengua de oc y otras veces en puquina, frescas como la yerba-festón del arroyo transparente de los sueños. Parientes esenciales de Toth, Geber, Nostradamus, Marx, Graciana, Ho, Korchaguin, Kátaro Katari, Mariátegui, Willka, Arze, el Che, Sergio, Marcelo, Roque Dalton, kipukamayoc, kereimbas, Lulio y Jesús Amauta Lara, abono de la profunda verdad, inventando la manera de inventar, para saber qué no se sabe, floreciendo en cada esquina del camino de fuego, espinas luminosas, fantasmas siderales, mis hermanosperfectos sin excusa.


Confieso mi delito espeluznante, imperdonable. Merezco la condenación eterna, sin indulto, para la tranquilidad de la historia y de los seres humanos que desean la paz y la felicidad, sin el peligro de ser descubiertos en la hiper-hipo humanidad de la poesía.

En el fondo, como le gusta a Juan que se proclame, somos miembros perpetuos de la prieuré pavorosa, subversiva, de poetas, alquimistas, políticos, bohemios y otras gentes de avería.

Perdónenme hermanos, camaradas, por develar su intimidad. Es que contrariamente a lo que ocurre en los novelines lacrimógenos y cursis en que estos secretos se confiesan en artículo mortis, yo en artículo vitas quiero denunciar a todos ustedes como perversos sustentadores de la majestad imprescriptible de la poesía.

Leída que le fue, persiste en su tenor y en constancia firma sobre el fuego, sobre el agua, sobre el aire, a ruego, para no profanar el arte de la escritura, de que doy fe.

(Ramiro Barrenechea Zambrana)



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